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martes, 13 de noviembre de 2012

A nuestras penumbras

Silenciosa Como una medusa a merced del mar me siento, cuando tus ojos me miran dulcemente.
No tengo voluntad, se afloja mi cuerpo y sólo tienes que hacer un gesto mínimo, para conducirme a los tiernos laberintos de todas tus pasiones.
Entonces, me sumerjo en tus tibias latitudes, dejo que mis manos exploren tu geografía y me emborracho con toda tu dulzura…
Amor mío, ahora mío entonces mío, mañana mío! Cierra mis ojos con nun beso. No quiero ver llegar la luz del nuevo día a pesar de amar la vida.
Deja que sea perpetuo este recuerdo de entrega total, en cuerpo y alma. Invítame otra vez a desandar el tiempo jugando nuestra unión entre penumbras y enjuga los caireles de mi llanto con la dulce placidez de tus dos manos.
El miedo al ‘adiós’, rebrota en los ‘después’ y me envuelve de la nuca a los pies, como si alguien me crucificara. Por eso, se desploma el mundo en cada despedida y amenazan cataclismos en las horas de tu ausencia.
Volveremos nuevamente a estar juntos, inmigrantes en nuestra propia tierra, nunca con lecho propio.
Volveremos, si, esto segura como esposos sin alianzas, por este amor adúltero razón de mi ser, pero escondido, para recuperar antes que apague, el volcán irresistible del deseo, creciendo allá lejos, en la cima de los sueños, con un amor atesorado, sin raíces, ni límites de tiempo./// ‘Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad’ SÉNECA /// Poema: María Evelia Pérez Nicotra Imágenes de Medusas: WEB Del Libro: ‘Portales de Plata’ Círculo de los Poetas de San Luis. Capítulo ‘La mirada interior´’ Página 104/105. Año 2003